19 agosto, 2024

Operar en Italia: Desafíos y Oportunidades

Si estás considerando establecer tu negocio en Italia como empresario extranjero, es crucial entender los desafíos y las ventajas de operar en Italia.

La pandemia ha afectado significativamente a la economía italiana, creando tanto obstáculos como nuevas oportunidades comerciales en el país. Suponiendo que tu idea de negocio esté alineada con el mercado italiano y hayas identificado oportunidades prometedoras, es importante familiarizarse con los aspectos específicos de la cultura empresarial y el entorno de Italia.

La ubicación estratégica de Italia, su mano de obra calificada y sus amplias redes comerciales crean un entorno favorable para los emprendedores. Además, Italia ofrece una infraestructura sólida, industrias diversas y incentivos gubernamentales para fomentar la inversión extranjera. Comprender estos factores te permitirá navegar mejor por el mercado italiano y aprovechar su potencial para el crecimiento de tu negocio.

Exploremos los aspectos específicos de la cultura y el entorno empresarial de Italia.

Aspectos económicos

Italia es históricamente conocida por su papel destacado en la manufactura, así como en los sectores de alimentos y bebidas, diseño e investigación y desarrollo.

En la última década, otros sectores también han incrementado su productividad. El comercio mayorista y minorista creció alrededor del 1,75 % anual, en línea con Alemania, Francia y España. Las actividades financieras y de seguros se volvieron más relevantes gracias al desarrollo de servicios bancarios por Internet y a domicilio.

Desafortunadamente, la COVID-19 afectó duramente a las empresas italianas. Los efectos de la pandemia, que comenzaron en Italia antes que en cualquier otro país, y las medidas de contención más estrictas resultaron en muchos meses de inactividad productiva. Los modelos organizativos tradicionales de las PYME (pequeñas y medianas empresas), que fueron exitosos durante muchos años, no pudieron adaptarse a las consecuencias de la pandemia. La difícil coexistencia de la innovación y la tradición mostró la falta de preparación del liderazgo italiano.

En el primer trimestre de 2021, la economía italiana mostró una muy leve recuperación cíclica (+0,1 % del PIB), pero logró superar el desempeño de otras grandes economías europeas.

Oportunidades

Una larga tradición en manufactura

Italia es la octava economía más grande del mundo. Como se mencionó anteriormente, el sector manufacturero italiano tiene una larga y fuerte tradición, lo que permite a Italia posicionarse consistentemente entre los principales productores a nivel mundial. Según la Agencia Italiana de Comercio, Italia es el segundo mayor productor de Europa (después de Alemania), el tercero en la zona euro y el quinto a nivel mundial. No solo la manufactura, sino también el diseño, los alimentos y el lujo tienen una larga tradición en Italia: Italia es el segundo mayor exportador de vino y calzado del mundo, el tercer mayor exportador de moda y el cuarto mayor exportador de muebles. Para los empresarios extranjeros, Italia suele ser un país atractivo desde la perspectiva de la proximidad a sus principales productores y proveedores.

Las máquinas mecánicas siguen siendo el mercado más grande en Italia, con un valor de 80 mil millones de euros, seguido por la química (Italia es el tercer mayor productor químico con una facturación de más de 50 mil millones de euros) y la industria farmacéutica (Italia es el mayor productor europeo de productos farmacéuticos).

Innovación

Italia cuenta con una fuerte red de institutos de investigación, centros tecnológicos e incubadoras innovadoras, que a menudo están vinculadas a universidades. Un ejemplo de ello es el próximo gran proyecto que se desarrollará en el antiguo sitio de la Expo en Rho, conocido como Human Technopole. Reunirá grupos de investigación, centros de investigación e instalaciones centrales que se centrarán en genómica, neurogenómica, biología estructural, biología computacional y tecnología de datos de salud.

A pesar de la alta calidad de la investigación, las pequeñas y medianas empresas tienen dificultades para integrar prácticas innovadoras en sus organizaciones. Un ejemplo de esta falta de conexión entre la investigación y la industria se refleja en el pequeño número de startups innovadoras en Italia. Las pocas exitosas (Depop, Yoox y Scalapay) fueron vendidas a multinacionales extranjeras.

Para abordar este obstáculo, que resultó especialmente dañino durante la crisis sanitaria, el MISE (Ministerio de Desarrollo Económico) ha introducido medidas para apoyar la investigación y la inversión innovadora, con la esperanza de cerrar la brecha que las empresas italianas tienen en comparación con otros países europeos en términos de habilidades digitales y desarrollo. La digitalización también es uno de los puntos centrales del PNRR (Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia), que se enfocará en fomentar la inversión en desarrollo tecnológico. En particular, se han asignado 30,57 mil millones de euros para fomentar la innovación en el sistema productivo privado. Gran parte de las inversiones se destinarán a la transición 4.0 y al desarrollo de redes ultrarrápidas (5G). Los principales beneficiarios serán las PYME, que serán alentadas a invertir en sistemas de información y herramientas digitales para optimizar procesos.

Ubicación geográfica

Gracias a su excelente ubicación geográfica, Italia juega un papel central en la logística y el comercio en Europa, el norte de África y el Medio Oriente. Para apoyar el comercio y el flujo de mercancías, se están realizando grandes esfuerzos en la construcción y mejora de infraestructuras de transporte (autopistas, trenes de alta velocidad, puertos y aeropuertos), lo que ha resultado en un crecimiento exportador, especialmente de bienes, que en 2017 superó los 450 mil millones de euros. Según la ICE, «Italia es uno de los cinco países en el mundo cuyos productos manufacturados tienen un superávit comercial (más de 47 mil millones de euros)».

Apoyo al emprendimiento

Según Movimprese, el año 2021 demuestra que el deseo de actividades empresariales y nuevas aperturas sigue presente en Italia. Se registraron 332.596 nuevas inscripciones (+14 % en comparación con 2020). Aunque no podemos hablar de una recuperación completa y las cifras todavía están por debajo de los niveles pre-pandemia (con aproximadamente 20.000 nuevas aperturas menos que en 2019), los nuevos apoyos financieros e inversiones públicas proporcionadas por la Next Generation EU respaldarán la inversión privada.

Desafíos

Desaceleración post-pandemia

En cuanto al crecimiento del PIB, la OCDE prevé un aumento del 2,5 % este año, que se desacelerará al 1,2 % en 2023. Las primeras previsiones eran más optimistas, pero fueron corregidas a la baja debido a los efectos de la inflación, tanto por el COVID como por la guerra.

Burocracia

Una de las mayores dificultades para los empresarios que desean hacer negocios en Italia es el entorno regulatorio complejo, que a menudo carece de claridad y eficiencia. La libertad económica de Italia aumentó un 1,1 % en 2021 en comparación con 2020, gracias a una mejora en la eficiencia judicial. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar el nivel promedio de otros países europeos (Italia se encuentra en el puesto 36 de 45 países en Europa). Para quienes deseen establecer una empresa en Italia, se recomienda encarecidamente contar con apoyo legal local.

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Aspectos culturales

Cultura laboral italiana en el pasado

Como resultado de la pandemia, el mercado laboral italiano ha cambiado drásticamente. Pero antes de abordar la situación actual, hagamos una breve revisión histórica que caracteriza a Italia desde una perspectiva cultural de trabajo.

Tradicionalmente, Italia ha sido un país de trabajadores y ahorradores, que se aferraban al concepto de «empleo seguro», ya que los contratos de trabajo indefinidos en Italia, especialmente en el pasado, ofrecían importantes beneficios a los empleados. Las dificultades para despedir y las protecciones garantizadas brindaban a los trabajadores la estabilidad económica necesaria para cubrir necesidades como la compra de una vivienda y el sustento de una familia. Culturalmente, se privilegiaba la lealtad a la empresa, medida en años de empleo continuo dentro de la misma.

El mercado laboral no se caracterizaba por su dinamismo, lo que también se debía a su composición: la mayoría de las empresas en la región eran (y todavía son) PYME (pequeñas y medianas empresas), que no tenían la fuerza ni la estructura adecuada para beneficiarse de una alta rotación de personal. La cultura empresarial giraba, como se puede imaginar, en torno al papel del «jefe/empresario», que en intercambio por la estabilidad exigía dedicación y respeto por los roles y jerarquías.

Esta es más o menos la imagen tradicionalista del mercado laboral y las prioridades de los italianos, que permaneció prácticamente inalterada durante un largo período.

Nuevos desarrollos post-pandemia

Ahora podemos especular que la mentalidad está cambiando. Los efectos de la pandemia dejaron a muchos empresarios sorprendidos y no preparados para los impactos no solo económicos, sino también culturales. El fenómeno de la «Gran Renuncia», que comenzó en América, se ha extendido por toda Europa y también ha llegado a Italia. Los primeros tres meses de 2022 registraron casi 460.000 renuncias voluntarias a contratos indefinidos (podemos asumir que esto se debe al deseo de mejor salario, mejor equilibrio entre vida laboral y personal y mejor cultura empresarial), en comparación con 414.000 en el mismo período en 2019 (es decir, antes de la pandemia).

Aunque el número de contrataciones indefinidas entre 2020 y los primeros tres meses de 2022 no compensa el número de renuncias (casi 3,5 millones de renuncias en comparación con 2,5 millones de contrataciones), la discrepancia, que está disminuyendo gradualmente, muestra un aumento de la dinámica en el mercado laboral. Las aperturas de cuentas de IVA, especialmente entre los jóvenes, también se están acercando a los niveles anteriores a la pandemia.

El fenómeno podría reflejar una mayor flexibilidad y apertura al cambio por parte de los trabajadores italianos: veremos en los próximos años si estas suposiciones se confirman y, en particular, si las empresas en Italia pueden aceptar el desafío y adaptarse.

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Cultura laboral italiana

Para abordar el tema del enfoque laboral italiano sin recurrir a una lista aburrida de ejemplos vagamente estereotipados (charlas triviales durante las reuniones, poca organización, poca atención a la puntualidad…), intentemos hacer una clasificación simple que puede ser útil para interpretar muchos comportamientos. La cultura italiana se identifica como una cultura de alto contexto, en contraposición a la cultura de bajo contexto que es típica, por ejemplo, de los países anglosajones, Alemania o los países escandinavos. Dado que en los negocios a menudo se toman como referencia modelos estadounidenses o del norte de Europa, se presume que la cultura de bajo contexto es más común en el entorno laboral. Sin embargo, este no es siempre el caso, y no es fácil que todos los países puedan adoptarla.

La cultura de bajo contexto se refiere a un enfoque basado en el significado puro de las palabras, en la expresión directa de los propios pensamientos a través de la comunicación verbal, sin contaminación o referencias externas. El enfoque es directo, específico y analítico. El foco está en los objetivos y menos en las dinámicas o relaciones. Se prefiere una forma de comunicación escrita corta (mensajes, correos electrónicos) que vaya directamente al grano.

En la cultura de alto contexto, las referencias al contexto son mucho más comunes. La interpretación de la situación del entorno es esencial para comprender correctamente el significado de un mensaje. Es necesario prestar atención a las señales no verbales «no dichas», así como a las señales situacionales y relacionales. Las relaciones suelen ser más importantes que las tareas. Se prefiere la comunicación verbal a la escrita, y en ambos casos el enfoque es mucho más amplio.

Esta es una clasificación general. No podemos decir con certeza que el enfoque de un italiano es idéntico al de un chino, un africano o un pakistaní (aunque todos forman parte de la misma cultura de alto contexto). Del mismo modo, no podemos igualar al 100 % el enfoque de un estadounidense con el de un danés. Sin embargo, esta identificación puede ayudarnos a comprender que existen diferentes culturas que implican una forma de pensar diferente, y a veces opuesta. Es necesario ser consciente de ello y aprender a adaptarse al interlocutor.

Esperamos que esta visión actualizada sobre los desafíos y oportunidades de hacer negocios en Italia sea útil para tus actividades futuras. Si necesitas ayuda para establecer tu empresa en Italia, no dudes en contactarnos.

 

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